domingo, 13 de septiembre de 2015

Koh Lipe, la belleza simple

El sol sale por la Playa Amanecer, calienta en Pattaya y se pone en Atardecer. Nombres sencillos para una vida fácil porque aquí nada es complicado. Para encontrar lo difícil habría que tomar dos barcos. La distancia ya no tiene importancia. Caminando se puede ir a visitar al vecino más alejado y, en un descuido, haber vuelto al punto de partida. De día la calma se respira en el aire. Las olas mueren suavemente en la orilla. Las aguas cristalinas dejan ver pececitos de colores nadando entre los restos de coral. El rumor del mar a veces es interrumpido por el fueraboda de alguna barcaza. Será algún turista, nuevo y ansioso, que cree necesitar actividad. Pronto sucumbirá a la magia de la quietud y dejará de añorar el estrés del ajetreo. Le poseerá la belleza de las flores tropicales cayendo sobre la playa de Pattaya. Se distraerá viendo jugar a los niños de los pescadores, refugiado en la sombra de alguna palmera. Se divertirá dibujando formas en la arena blanca o se dejará llevar abrazado por las cálidas aguas del Andamán. Atravesará la isla y su selva siguiendo la posición del sol. Y antes de que se dé cuenta, habrá caído la noche, y la luna y las estrellas poblarán el cielo. Entonces empezará el desfile de habitantes locales e invitados de la isla. Los primeros, luciendo una blanca sonrisa en su tez oscura, van casi siempre descalzos. Los segundos, de semblante blanco y con sandalias si son recién llegados, o tostados y liberados de sus zapatos si ya se han asentado. Pasean arriba y abajo la (única) calle principal, entre puestos para turistas y restaurantes sin pretensiones. Pescados y mariscos al grill, verduras, curry y arroz servidos en mesas sobre la arena a la luz de las velas. Algunas notas de música suenan en un rincón para viajeros extranjeros. Los lugareños se acercan y practican su inglés con ellos. Saben que algunos acabarán formando parte de la comunidad. La isla los atrapa porque vivir en ella es sencillo. Se quedarán, al menos, hasta que el monzón vuelva a visitarles y se lleve el paisaje como recuerdo. Tras su paso, la isla renacerá como siempre hace porque sabe que le esperan nuevos amigos. Así es Koh Lipe, bello islote perdido en el sur de Tailandia al que muchos llegan para encontrarse.

Koh Lipe, Tailandia

Main street Koh Lipe, Tailandia

Pattaya Beach, Koh Lipe, Tailandia

Niños jugando en Sunrise Beach, Koh Lipe, Tailandia

Luna llena en Pattaya Beach, Koh Lipe, Tailandia

Diciembre 2011.

La bella calma de Koh Lipe me atrapó y no llegué a visitar más islas tailandesas. ¿Has sentido alguna vez que te habías perdido en el paraíso?


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